61 aniversario de la evacuación

17.11.2014 11:23

Tal día como hoy, un 17 de noviembre de 1953, se producía la evacuación oficial definitiva de la Isla. Para conmemorar dicha fecha, traduzco el capítulo dedicado a la misma en el libro "The Loneliest Boy In The World" de Gearóid Cheaist Ó Catháin.

La mañana del 5 de septiembre de 1953, mamá y yo nos acercamos hasta la parte alta del pueblo por última vez para despedirnos de mis abuelos y tíos. Mi abuela me abrazó con fuerza y me dijo que me lo pasaría bien en tierra firme, pues allí tendría muchos amigos de mi edad. Mi tío Maraisín Mhuiris prometió pasarse a vernos siempre que fuese a Dunquin. Mi abuelo me puso algunas monedas en la mano, me dio una palmadita en la cabeza y dijo: "Ahora podrás pasarte por el pub de Kruger todos los días." Faeilí se cruzó de brazos, se apoyó contra la pared y rió: "Y Gearóid, cuando veas a Kruger, dile que tu tío Faeilí se pregunta si tendrá a la venta algún trozo de grasa para las velas."

Al poco de regresar a casa, mis padres y yo salimos de casa por última vez, junto con mi abuelo Ceaist, nuestro perro Shep junto a él (Sheridan ya había fallecido de viejo). Papá colocó un candado en la puerta y todos bajamos juntos por el sendero al embarcadero, arrastrando nuestras últimas pertenencias. entre ellas dos jaulas para pescar langostas llenas de pollos. Yo llevaba un palo de hurley en una mano y una bolsa pequeña en la otra, de la que asomaba mi osito de peluche.

Todos los habitantes de la Isla se habían reunido en el embarcadero para despedirnos. Cuando nos metimos en el naomhóg, papá colocó una de las jaulas de langostas en la proa y la otra en la popa. Shep se acomodó junto a mi abuelo. Faeilí vino a ayudarnos, mientras que Seán Fillí, Seán Mhaidhc Leán y Maras Mhaidhc Léan remaban junto a nosotros en otro naomhóg a rebosar con nuestras pertenencias, la mayoría metidas en bolsas de lona. Nos alejamos de la Gran Blasket escuchando los ladridos de los perros, el cacareo de las gallinas, el llanto de los isleños más ancianos y las olas rompiendo por todas partes, balanceándonos arriba y abajo.

Fuimos los primeros habitantes de la Isla en ser evacuados. A partir de entonces, otros comenzaron a marcharse. Dan O'Brien, el inspector de la Comisión Irlandesa del Suelo de Tralee, era el responsable de recibir a los isleños y de recoger los formularios de acuerdo de compra, que los isleños debían firmar como prueba de que deseaban dejar sus casas en la Isla para siempre y asentarse en tierra firme. John Goulding, otro funcionario, también estaba involucrado en la evacuación. Según el acuerdo, los isleños que aceptaban casas en tierra firme se convertían en dueños de esas casas, así como de la tierra que venía con ellas, sujetos al pago de una anualidad. Mantenían la propiedad de sus casas en la Gran Blasket y el derecho a que sus ovejas pastasen allí. La reubicación de los isleños fue la primera operación de ese tipo que llevó a cabo la Comisión del Suelo.

Aunque el día señalado para la evacuación final de la Isla fue el martes 17 de noviembre de 1953, la isla no fue evacuada por completo hasta 1954. Mucho de sus habitantes ya se habían marchado para Navidad, entre ellos Mary Pheats Mhicí. Sus hijos Seán Mhaidhc Léan y Maras Mhaidhc Léan, junto con mi tio Maraisín Mhuiris, se quedaron pues tenían carneros en la colina y querían llevárselos a tierra firme. Pero el tiempo empeoró y se vieron obligados a permanecer la navidad en la Isla. No disponían de velas ni grasa en Nochebuena, pero encontraron lajas de cera, que habían llegado a la playa durante la guerra, y también algodón. Derritieron la cera y la pusieron en un recipiente y emplearon el algodón para fabricar una mecha. Era su única fuente de luz. Dejaron la Isla el 27 de diciembre de 1953.

Los últimos en dejar la Isla fueron los Micilí: Seán Mhicil Ó Súilleabháin, su esposa June Mháire Eoghain y sus hijos Seáinín Mhicil, Peaidí Mhicil y maidhc Mhicil. Su hija Lis, nuera del famoso escritor Tomás Ó Criomhthain, habló de su última visita a su familia en la Isla en una carta que le escribió a George Chambers (Eibhlís Ní Shúilleabháin: Letters From The Great Blasket): "Ya era bastante tarde cuando dejamos el puerto de Dingle. Nos recibió una vista lastimosa. Visitamos a los Ó Súilleabháin, que ahora eran conocidos como los fareros, pues son los últimos que quedan en la roca. Lloramos y reímos juntos pero solo pudimos quedarnos una hora. Con pena nos despedimos de ellos. Esa sería la última vez que estuvimos juntos en la Isla." Su familia dejó la Isla el 14 de noviembre de 1954.  Quizás las palabras de su padre, Seán Mhicil, reflajaban los pensamientos de muchos de los isleños, especialmente de los ancianos: "No quiero morir aquí desasistido. Mi deseo es ser enterrado en el cementerio de Fionntrá. Quiero ser enterrado con mis antepasados, en nuestro cementerio. Cuando era joven y fuerte, nunca le encontré una sola pega a este lugar. Creía que era tan bueno como cualquier otro lugar del mundo. Podíamos pescar y la gente podía depender unos de otros. Pero, ay, esos días ya se fueron. Ahora no queda nadie. El tiempo es cada vez peor y el mar está agitado. Puede que un bote no pueda aventurarse a salir durante semanas si muriese aquí. Pero, cuando era joven, prefería este lugar a cualquier otro. Se me rompe el corazón al dejarlo."

El tiempo que pasamos en la Gran Blasket, vivíamos como una comunidad. Ahora todos están diseminados por tierra firme. Como nosotros, Tiúit se trasladó a una de las casas evacuadas en Dunquin, como también hizo Maidhc Faight y su hermana Mary, que se establecieron en una casa en Carhue en Dunquin. Mi abuelo Maras Mhuiris, Seán Mhicil, Mary Pheats Mhicí, Peaidí Mharas Ó Dálaigh y sus familias se trasladaron a Dunquin, a casas especialmente construidas para ellos en una zona llamada Baile na Rátha, aunque sus casas no estaban cerca unas de otras. Todos los isleños que se trasladaron a Dunquin tenían derechos comunales para cortar turba en las ciénagas que estaban cerca de sus viviendas, como el Monte Eagle o Maoilinn. Fue una concesión importante, pues la turba era el principal combustible de aquella época.

Seán Shéaisi y su madre Lís se fueron a una nueva urbanización en Dingle, llamada Marian Park, mientras que Seán Tom kearney y Peats Shéamais fueron a vivir con sus hijas en Muiríoch, al norte de ballyferriter. Seán Fillí se marchó a vivir con su hermana en Dingle y Muiris Mór se trasladó a Ventry. Antes de que comenzara la evacuación, Séamus Mhéini ya había dejado la Isla para vivir con su madre Méini en Baile Uí Cínn, cerca del muelle de Dunquin.

La Gran Blasket había perdido a sus gentes. Su evacuación marcó el final de un modo de vida excéntrico, aislado, cuyas raíces se habían plantado muchas generaciones antes.