Del banco a la Gran Blasket

26.10.2014 18:23

Fuente: Independent.ie

Killian O'Riordan se había embarcado en una prometedora carrera en el mundo de las finanzas y, a sus 25 años, las cosas le iban bien. Pero un día decidió abandonar su profesión y regentar un café en una zona sin electricidad como las Blasket.

Paso a paso, los visitantes van subiendo desde el punto de desembarco de la Gran Blasket a la antigua casa de la reina de estas islas - Peig Sayers.

Y cuando llegan allí, con la cara algo roja y sin resuello, son recibidos por un hombre joven con rasgos cincelados, ojos oscuros y un mini-cafetera en la mano.
Hace apenas unos pocos meses, a Killian O'Riordan, 25 años de edad, de Rosscarbery en Cork, se le podía encontrar en camisa y corbata, calculando cifras afanosamente en una oficina en Dublín, donde trabajaba para Allied Irish Bank - hoy codirige la única cafetería, y también albergue, de las islas Blasket.
Sentado en la hierba con un café en la mano y mirando hacia atrás hacia Dun Chaoin y la península de Dingle, explica: "Me gradué en comercio en la UCC, por lo que era inevitable que acabase en banca. Tuve la suerte de conseguir un trabajo con Financial Solutions Group de la AIB en Sandyford. Me dedicaba básicamente a revisar las cuentas con descubiertos, el trabajo era repetitivo y al cabo de unos meses me di cuenta de que tal vez esto no era para mí."
Su buen amigo Billy O'Connor, a quien conoció en el internado en Roscrea, le preguntó a Killian si estaría interesado en entrar en negocios, pues su abuelo poseía algunas de las propiedades de la Gran Blasket y en ese momento no producían ningún beneficio.

El plan era que Billy compraría una lancha fueraborda para transportar visitantes y mercancías desde Dingle mientras que Killian se quedaría en la isla sacando adelante la cafetería y el alojamiento .
"Yo realmente no pensé demasiado en ello al principio, pero el verano pasado me pasé para echar un vistazo y, por supuesto, me sentía intrigado", admite Killian.

En diciembre pasado llegó a AIB, pero en cuestión de semanas sabía que había elegido la opción equivocada.
"Los compañeros estaban bien, pero el trabajo era el mismo día tras día. Yo estaba acostumbrado a la vida al aire libre y retándome a mí mismo -. El trabajo en banca no era para mí", explica.
Mientras hablamos, Veo focas curiosas asomando la cabeza fuera del agua para echarnos un ojo como diciendo '¿qué os trae por aquí?'
Un sol cae sobre la isla, habitada por última vez en 1953 y en su apogeo llegó a albergar a casi 200 personas, mientras las gaviotas se deslizan y cantan sobre nuestras cabezas. Hace un día abrasador y la Gran Blasket, todavía relativamente tranquila y serena, centellea.
Después de una segunda misión de reconocimiento, Killian se dio cuenta de que este proyecto podía ser un buen negocio. Eso, junto con su infelicidad en el trabajo, solo podía conducir a una cosa.
"Estaba sentado un día frente a mi ordenador en Sandyford tratando de concentrarme, pero lo único en que podía pensar era en la Gran Blasket. Era obvio que tenía que hacer algo, así que me levanté y notifiqué a mis jefes que, por desgracia, me iba", explica Killian.
Sus padres estaban comprensiblemente preocupados por el cambio en la carrera de su hijo, pero desde que se mudó a las islas, Kilian cree que ha prosperado de una manera que nunca habría sido posible de haber seguido en la banca.

"La vida que llevaba en Dublín no era yo. Realmente sentí que tomé la decisión correcta al seguir el plan de Billy y, desde su apertura a mediados de junio, no hemos parado", dice, mientras no deja echar un vistazo a la cafetería por si llega algún cliente. Incluso aquí, entre las ovejas y las olas, no es cuestión de hacerlos esperar.

Billy, de la zona de Dingle, había estado trabajando como guía turístico y piloto de ferry a las Islas Blasket durante algunos años. Por casualidad, fue trabajando en algo idéntico a finales de los años noventa, cuando Daithi O'Sé fue descubierto por un productor de televisión de la TG4.
El 21 de julio, la pareja de de Billy, Alice, dio a luz a su pequeño bebé, Joey. Billy me dice, mientras saltamos a través de las olas, en busca de Fungi y con mis hijos en un estado de euforia desenfrenada, que la llegada de su hijo le dio el empujón que necesitaba para comenzar este nuevo negocio.
"Nunca conocí el amor hasta que Joey llegó - que es por lo que realmente decidí que necesitábamos arreglar las casas", explica.


Y así, hoy se puede reservar una cama en la casa en que vivió la misma Peig Sayers antes de abandonar la isla. En total, hay espacio para 24 huéspedes divididos en dos casas y una tercera casa se está preparando para la próxima temporada.
No hay electricidad ni agua caliente en la isla, por lo que en el café de Killian las bebidas calientes deben prepararse con un quemador de gas. La misma barra de bar utilizada en la película de 1970 La hija de Ryan, protagonizada por John Mills y Robert Mitchum y que recibió un disparo a las afueras de Dingle, sigue siendo la barra del café. Nadie sabe muy bien cómo llegó aquí.
Por la noche, momento en que los turistas, que pueden ser más de 300 por día en temporada alta, se han ido a casa y la cafetería está cerrada, Killian coge su caña de pescar y se dirige al mar.
"Cojo la lancha de Billy. Por lo general, pescó algo de abadejo o caballa. Lo que no consumo yo, se lo doy a los huéspedes del albergue. Algunas noches me voy a ir a correr por la isla o me pego un baño", me dice.
Y desde que abrió sus puertas en junio, ha vivido un espectáculo de vida silvestre a diario en las aguas tranquilas de la costa oeste de Kerry.
"Hasta ahora he visto tiburones peregrinos, marsopas y ballenas enanas. La otra noche fui a pescar y un delfín estaba nadando a mi alrededor. Es como el paraíso."
En septiembre, la cafetería y el albergue se cerrarán y Killian regresará a la tierra firme.
Según se esconde el sol, sonríe y dice: "No estoy seguro de lo que haré entre temporada, pero es poco probable que volver a la banca sea una opción ..... Ahora tendrás que perdonarme, pero tengo que encender las velas antes de que oscurezca ".